NEMURUBAKA

Autor: Masakazu Ishiguro

Editorial: Letrablanka

Tomos: 1 (tomo único)

Precio: 8€

Género: slice of life

Demografía: Seinen

Sinopsis: Ruka y Yumi comparten piso para conseguir llegar a final de mes y ahorrar para tener algo decente que llevarse a la boca. Pero la convivencia no es sencilla. Sobre todo cuando una es tranquila y responsable y la otra un espíritu libre que quiere vivir de su música. Una comedia en la que las protagonistas intentarán cumplir sus sueños y que la vida no les cambie demasiado por el camino.

 VALORACIÓN PERSONAL 

Nemurubaka es, corregidme si me equivoco, el primer manga 100% japones que lanza la editorial Letrablanka. Esta editorial parece seguir el mismo patrón que las otras nuevas editoriales -Milky Way y Tomodomo- con ediciones muy cuidadas tanto en adaptación como materiales y respetando el formato original de la obra. En este caso, la primera incursión de la editorial ha sido un tomo único de corte seinen, un slice of life con toques de comedia y algo de drama dirigido al cada vez mayor público que busca obras que se salgan de lo normal.

Nemurubaka es una canción compuesta por Ruka después de que Yumi la tarareara en sueños. Es bastante curioso. La historia se centra en mostrarnos el día a día de estas dos estudiantes sin blanca. Ruka sueña con saltar a la fama y vivir de la canción, mientras Yumi pasa sus días pensando en una "aburrida" vida casada con el amor de su vida. Son muy distintas, pero precisamente eso hace que se lleven tan bien, se complementan. Por su parte, el dibujo es muy simple y recuerda al estilo de Kiyohiko Azuma, autor de Azumanga Daioh y Yotsuba!

Se trata de una obra sencilla, que entretiene sin más, pero cuyo final me ha dejado un poco a medias. Esto es así porque los últimos capítulos se centran mucho en la evolución de Ruka, de cómo tiene su sueño al alcance de la mano y cómo evoluciona, mientras Yumi pasa un segundo plano y nada parece cambiar en la vida. Además de que los sucesos alrededor de Ruka la hacen ver como la gran protagonista, cuando de primeras parecía que ambas compañeras de residencia son coprotagonistas. No está mal, pero no es gran cosa.